27 de septiembre de 2015

Yo sin ti, yo conmigo.

Siempre supe que no iba a ser fácil, pero no me imagine que pudiera doler tanto. Y hay tantas cosas que duelen...yo lo llamo dolores pasajeros por que se que un día me levantaré sin ellos. Por que se que simplemente un día me dejará de doler ver esos nombres escritos. Me dejará de doler tu ausencia. Por que algún día las cosas me dejarán de recordar a ti. Por que se que me levantaré con mi mejor sonrisa para enseñarla al mundo, por que se que esa sonrisa que ahora está un poco perdida, un día tendrá un motivo (o varios). Se que un día olvidaré todo aquello que ahora me duele y en ocasiones ahoga. Y es que dicen que siempre hay que seguir al corazón. Empiezo a creer que mi corazón está muy equivocado, que le gusta sufrir y que se ha quedado estancado. Empiezo a creer que no se da cuenta de que está dañado. También creo que siente mucho, quizá demasiado. Por eso creo que es hora de empezar a seguirme a mi misma dejando el corazón a un lado. El se quiere quedar esperando, vivir de la esperanza aún sabiendo lo poco que realmente merece la pena. El no quiere conocer más, aun sabiendo que si lo hiciera se iba a sentir mucho mejor. Más querido, más cuidado. Feliz. Así que querido corazón, por una vez no te puedo (quiero) seguir. Quiero ser yo sin ti.  Quiero ser yo conmigo.

8 de septiembre de 2015

Comenzar de nuevo.

¿Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, una canción o una persona de nuestra vida? ¿Cuántas veces hemos deseado borrarlo todo, vaciar nuestra memoria y empezar de cero? ¿Cuántas veces hemos deseado volver a ser niños para vivir todo de nuevo, para que nuestras preocupaciones fueran que nos hemos manchado y mamá se va a enfadar? ¿Cuántas otras hemos deseado echar el tiempo atrás para rectificar errores, para evitar perder a personas que ya no están? ¿Cuántas hemos querido comenzar de nuevo

Si realmente todo comenzara de nuevo… ¿Cuántas cosas nos perderíamos? Se iría con el tiempo el calor del primer beso, el efecto especial de aquel primer “te quiero”, la sensación de aquel amanecer perfecto, se iría la inocencia de vivir el primer amor, vivirlo como en un cuento. Se irían tantas primeras veces… Perderíamos los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, miles de instantes felicidad. Perderíamos la esencia de esa colonia especial, la primera navidad.  Olvidaríamos el dolor más bonito y la sonrisa más esperanzadora. La noche donde no pudimos parar de reír y de querernos. Realmente olvidaríamos tanto que no se si valdría la pena perder todo lo que tengo por volver a empezar. Por mucho que me duela a veces, por muy vacía que me sienta la mayoría de las noches, por todas las cosas que rectificaría… de los errores se aprenden, y en todo este tiempo me he equivocado, rectificado y aprendido. Me he lamentado, me he sentido culpable (en parte) pero también he sido feliz, he vivido momentos que no quisiera olvidar, momentos que valen mucho.

En realidad… ¿Comenzaríamos una nueva vida o mataríamos otra llena de recuerdos?


Me quedo con mi vida, donde el dolor acabará y la felicidad llenará mis días. Lo se. Donde hay tantas personas que se preocupan y me quieren, con la vida que me dio lo mejor y a su vez lo peor. La que me hizo madurar antes de tiempo y me obligó a ser fuerte. La que me quitó de mi lado dos de las personas más importantes de mi vida. La que me hizo llorar de tristeza y de felicidad. La que me dará los mejores momentos. Y es que nadie dijo que fuera fácil, pero yo haré que mi vida, merezca la pena.